Es la inflamación o degeneración de una o más articulaciones. Una articulación es la zona donde 2 huesos se encuentran. Existen más de 100 tipos diferentes de artritis.
Causas
La artritis involucra la degradación de las estructuras articulares, particularmente del cartílago. El cartílago normal protege una articulación y permite que esta se mueva de forma suave. El cartílago también absorbe el golpe cuando se ejerce presión sobre la articulación, como sucede cuando usted camina. Sin la cantidad usual de cartílago, los huesos bajo el cartílago se dañan y se rozan. Esto causa dolor, hinchazón (inflamación) y rigidez.
Otras estructuras articulares afectadas por la artritis incluyen:
El sinovio
El hueso adjunto a la articulación
Los ligamentos y los tendones
El recubrimiento de los ligamentos y los tendones (bursa)
La inflamación y daño de la articulación puede ser consecuencia de:
Una enfermedad autoinmunitaria (el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error al tejido sano)
Fractura ósea
"Desgaste y deterioro" general de las articulaciones
Infección, con frecuencia por bacterias o virus.
Cristales como el ácido úrico o el dihidrato de pirofosfato cálcico
En la mayoría de los casos, la inflamación articular desaparece después de que la causa desaparece o recibe tratamiento. Algunas veces, no lo hace. Cuando esto sucede, la persona tiene Artritis prolongada (crónica).
La artritis puede presentarse en personas de cualquier edad o sexo. La osteoartritis, que es causada por los procesos no inflamatorios y que aumenta con la edad, es el tipo más común.
Otros tipos más comunes de artritis inflamatoria incluyen:
Artritis por cristales, gota o enfermedad por deposiciones de pirofosfatos de calcio
Artritis reumatoidea juvenil (en niños)
Infecciones bacterianas
Artritis reumatoidea (en adultos)
La terapia farmacológica utilizada en el tratamiento de la Artritis, incluye tres tipos de fármacos: los antiinflamatorios no esteroides (AINE), los corticoides y los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad.
El tratamiento farmacológico regula los factores inflamatorios e inmunológicos que intervienen en la patogénesis del trastorno. Los objetivos del tratamiento son los siguientes:
Alivio del dolor y las molestias.
Conservación de la fuerza y la función articular.
Prevención de la destrucción articular y las deformidades.
Alivio de las complicaciones sistémicas.
Mantenimiento de la función física.
Educación sanitaria del paciente y de quienes lo atienden.
Los AINE se prescriben ampliamente para controlar el dolor y la inflamación pero no modifican el curso de la enfermedad y no suelen ser eficaces en monoterapia. Además sus reacciones adversas los hacen desaconsejables para un tratamiento prolongado.
Los corticoides se emplean con frecuencia en la AR (Artritis Reumatoide) para la reducción rápida del dolor y la inflamación. Tienen efectos antiinflamatorios y antisupresores pero tampoco modifican el curso de la enfermedad. Se emplean en tratamientos puntuales para exacerbaciones agudas y como tratamiento local de articulaciones afectadas. También poseen importantes reacciones adversas.
Entre los fármacos modificadores del curso de la enfermedad se encuentran varios productos que difieren en su mecanismo de acción en la AR pero que pueden modificar la progresión de la enfermedad. Pueden tardar semanas o meses en conseguir un beneficio terapéutico. Sus perfiles de seguridad exigen una estrecha vigilancia por si aparecen reacciones adversas intolerables que hagan necesaria la suspensión del tratamiento
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